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SAL SI PUEDES

MUJER SOLA

MUJER SOLA Era domingo, miró a través de la ventana y vio que el cielo estaba gris y suponía que gélido. Decidió quedarse un rato más en la cama. Abrió el libro en la página que lo había dejado la noche anterior y continúo leyendo. El dolor de estomago le indicó que era hora de almorzar. Se preparó un sándwich, y se sentó en el living a mirar la televisión mientras comía.
Una película que estaban pasando atrapó su atención. Luego dormitó un rato y la despertó el timbre del teléfono. Una amiga la llamaba para ir al shopping.
Se dio una ducha, tomo las llaves del auto y se fue.
Al final eran tres las amigas con las que se reunió para tomar un café y conversar.
La charla como siempre rondaba en la falta de compromiso de los hombres, en sus ausencias, en el haber llegado a los cuarenta, estar divorciadas y los hijos adolescentes que hacen su vida y ellas solas.
Las escuchaba con atención, pero a la vez se sentía algo ajena a todo eso. Hacía unos meses que había conocido a Daniel y ella consideraba que tenían una relación excelente, aunque él en verdad no se comprometía demasiado en la misma. Pero por ahora, la iba llevando y no necesitaba más que eso. Algunos días de compañía, pero volver a lavar calzoncillos, que le digan “vieja esta la cena pronta”...ni loca!!!! Con los chicos ya tenía suficiente.
Por suerte los fines de semana se quedaban con el padre y ella libre, para hacer y deshacer a su antojo, como ahora, estar con unas amigas, tomando un café, conversando, sin horarios.
Al llegar a su casa, decidió darse un buen baño de inmersión. Llenó la bañera, colocó las sales que había comprado en el shopping, encendió unas velas, abrió la botella de vino blanco que tenía en la heladera para alguna ocasión especial, prendió el equipo y se metió dentro de esas burbujas relajantes.
No sabe bien cuánto tiempo estuvo así, el agua fría le indicó lo suficiente como para ya terminar su desestresante baño.
Se puso su nuevo pijama de seda, se perfumó y se acostó a seguir con su lectura.
Suena el teléfono.
- Hola.
- Hola, Inés, soy yo Daniel.
- Ah hola, que tal cómo estas.
- Bien, aquí pensando en vos, ¿cómo pasaste?
- Bárbaro ¿y vos?
- Muy bien, tranquilo, bueno…algo deprimido viste.
- ¿Por qué? ¿Sucedió algo?
- No, nada serio, es que me puse a pensar y viste como es…no sé, de pronto me agarró el bajón y me sentí solo. Y bueno, pensé, voy a llamar aquella para ir a tomar algo, o charlar un poco, ¿querés?
- Lamento que te hayas sentido así hoy, pero sabes, ya me acosté y la verdad que no tengo ganas de salir, el domingo es un día para mí, si querés, nos vemos mañana.
- Bueno, OK, hasta mañana entonces.
- Te llamo.
Colgó el teléfono y pensó…los hombres jamás cambian, siempre se piensan que estamos a su disposición. Te llamó si…

3 comentarios

Jordan Flight 45 -

Your weblog is so cool that I like it pretty substantially. As anyone understands respect is by far the most essential amongst people's life. Only respect each other to get along properly and I believe that leaving one's opinion is often a behavior of respect.

matute -

Mala, pobre tipo en una de esas quería contarle algo.
Lo dejó re cortado.
Me imagino que se lo merecía...

Stuffen -

Jeje, di que sí.
Los hombres parecen pensar así, que una siempre estará disponible cuando ellos quieran, ¡y no! No sólo no es así, sino que hay que demostrárselo.
Muy buen relato. :)